Traducido al español por Nieves Montano, el 24 de junio de 2010.
Cuando piensas en un comité de becas, ¿qué es en lo que piensas? ¿Qué es lo que te viene a la mente? Si tu eres como la mayoría de nosotros, tu ves alrededor de 5 a 10 tipos académicos de edad mediana sentados alrededor de una mesa grande, dándole a cada ensayo demasiado escrutinio, debatiendo entre ellos los méritos de cada solicitante. Excepto, por supuesto, cuando tu aparece tu ensayo para la revisión, tu te imaginas a todos ellos poniéndose de acuerdo en que lo maravilloso y excepcional que eres, y lamentándose el no tener unos cuantos miles de dólares más para obsequiarte.
Ahora, no estoy diciendo que esto nunca pase- algunas veces, en algún lugar, estoy seguro, los comités si se sientan en esas mesas y revisan las solicitudes todos juntos; en algún lugar en medio de animadas conversaciones acerca de la influencia de Chaucer sobre Shakespeare y las implicaciones de la guerra del terror sobre la globalización. Aunque la mayoría de las veces, ese no es el caso. ¿Por qué no? Bueno, esto es algo que escucharás una y otra vez a lo largo de este libro, así que acostúmbrate a oírme decir esto: los miembros del comité son gente ocupada, justo como el resto de la gente en el mundo. Permíteme desviarme en una pequeña tangente para explicarte lo que digo:
Todos están ocupados. En serio, lo digo de verdad, todos. Muchachos de todas las edades están ocupados con la escuela, actividades y amigos. Estudiantes de colegio están ocupados con clases, actividades y por supuesto, con sus vidas sociales. Los adultos están ocupados con sus trabajos, amigos, esposos/parejas e hijos. Entre más viejo te haces, más grande se hace tu familia , tu trabajo se hace más complicado y te obsesionas por más cosas. Hasta los jubilados están ocupados. ¿Cuál es la pregunta más común que escuchas a la gente hacer a alguien que está jubilado? Es ésta: -¿Se mantiene ocupado?- Aunque estas personas, (por lo general) no trabajan más para mantener a sus familias y se encuentran finalmente en la etapa de la vida en la que se pueden relajar un poco, aún así nosotros esperamos que se mantengan ocupados! Y ellos no nos defraudan: usualmente, cuando se les pregunta, los jubilados nos aseguran que indudablemente se están manteniendo ocupados, aún cuando estén ocupados tomando la siesta, jugando golf o siendo regañados por sus esposos o esposas.
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Así que ahí lo tienes- todos están ocupados, aún sin ofrecerse a ser jueces de becas. Para aquellos de nosotros que en realidad nos ofrecemos a ser jueces de becas, entonces la vida es un poco más ocupada aún. Juzgar miles de ensayos es una tarea enorme- una tarea encima de todas las demás responsabilidades en nuestras vidas: nuestros trabajos de día (y nuestros trabajos de noche, para algunos de nosotros), pasar tiempo con nuestras familias, etc.
Por alguna razón, tendemos a imaginar a los comités de becas como en el vacío. Ellos son perfectamente imparciales (más sobre este tema después) y siempre escogen a los candidatos más aplicados sin mucha dificultad o problema, siempre con un montón de tiempo en sus manos de sobra.
Estoy aquí para decírtelo: ese no es el caso.
¿Alguna vez te has preguntado por qué los ensayos que tu envías nunca son regresados? No, no es porque hayan sido mandados al Instituto Smithsoniano de Ensayos Increíbles. Es muy posible tenga manchas de barbacoa en él porque el juez lo estaba leyendo durante su almuerzo en un restaurante, o que tenga garabatos en todas partes porque fue accidentalmente usado como un pedazo de papel borrador durante el juicio, o que tenga un perfecto círculo de café en él. Tal vez fue triturado accidentalmente cuando por error terminó en una pila de correo basura destinada para la trituradora de papel.
Todas estas son posibilidades distintas. ¿Por qué? Porque los jueces de becas son personas demasiado ocupadas.